Autobiografía lectora y audiovisual

Se escucha un suave zumbido y la luz del proyector da paso a la película, que da comienzo a la historia de mi vida. Yo era un chico aventurero y soñador, que pasaba las tarde delante de la pantalla viendo capítulos de las aventuras de Goku un niño inocente que todavía desarrollaba su personalidad, sus historias eran una fuente inagotable de inspiración para el joven. Creció fascinado por la idea de héroes que superan desafíos insuperables, y cada episodio de Dragon Ball despertaba mi imaginación. A medida que el tiempo pasaba, me sumergí cada vez más en el mundo del anime y la fantasía.

Aquel niño fantasioso viajaba entre sus pensamientos como lo hacía la casa de UP por el cielo, volando libremente sin seguir un rumbo fijo, despreocupado de todas las obligaciones, mi único objetivo en la vida era corretear y disfrutar junto a mi hermano, como un niño pequeño.

  

Años después, descubrí los mundos épicos de Devil May Cry y The Witcher. En estas historias, conoció el poder de la redención y el valor de la lucha contra las fuerzas del mal. Aquel viaje era irreal, pero me mantenía entretenido durante mi camino a lo largo de la vida.


Pero no todo era fantasía y acción. También aprendí sobre la belleza y la fragilidad de la vida a través de historias como la de Joel y Ellie narradas en The Last of Us, donde la conexión humana, el sacrificio y la toma de decisiones se juntan en un mundo post-apocalíptico desgarrador. Gracias a esta historia empecé a valorar las cosas y ser más maduro.   


Fuera del mundo de los videojuegos, aprendí lecciones valiosas de películas como La Vida es Bella. Esa película me hizo ver que la vida no siempre es un camino de rosas y que en ocasiones puede llegar a ser oscura y tenebrosa, como aquellos pasillos de la casa de Visage donde vives una historia de terror, en la cual no tienes escapatoria y debes luchar por tus sueños para salir de esa pesadilla y alcanzar la gloria como lo hizo Máximo Décimo.


Finalmente, decidí volver a las series de aventuras, pero esta vez con un toque de humor, de la mano de Family Guy, South Park y Rick y Morty. Disfruté y me reí como un niño pequeño, como solía hacerlo cuando era pequeño. Con esto, concluye mi viaje a través de diferentes historias que ha contribuido a mi crecimiento personal.

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