Banda sonora de los viernes - OMORI

 OMORI es un RPG de terror psicológico en 2 dimensiones que trata sobre el trauma afrontado desde los ojos de un niño y el conflicto que supone tener que hacerse cargo de esta cuestión desde tan temprana edad. OMORI juega con la estética como una mecánica más de su mundo; tonos pastel, personajes alegres, historias y narrativas infantiles... Todo ello enmascarado en un aura de seriedad que prepara los contrastes de la historia principal, la de Sunny, en la que deberemos ir adentrándonos poco a poco pese al miedo y la incertidumbre. 


La música (OST) del juego es, junto con su ilustración y diseño, el elemento más importante a la hora de sumergirnos en esta vorágine de niñez y misterio acechante. 

En esta banda sonora encontraremos un predominio de melodías alegres y agudas, simples y lentas, con instrumentos generalmente asociados a, de nuevo, la niñez. En esta clasificación entraría la flauta dulce, el xilófono, el piano y el sintetizador, siendo este último el más importante y destacable, entre otros. Si tuviésemos que darle un género único a esta banda sonora, sería el género ambiente.

https://www.youtube.com/watch?v=7GIWV__qx4M&list=PLbANFjAlbtqLkcthrPJ7lqYcVTSwXr2L0&index=5&ab_channel=OMOCAT

Las primeras 2 horas de juego transcurrirán con estas melodías pegadizas y relajantes, mientras se nos presentan los personajes principales y comenzamos a familiarizarnos con la estructura del mundo que nos plantea. Básicamente todos los elementos nos llevan a pensar que estamos atravesando el tutorial, enseñándonos cómo funciona el combate, cómo guardar, cómo movernos, etc. Hasta los enemigos parecen inofensivos:

Combate inicial contra "Sprout" y "Bunny"

Una vez familiarizados con el ambiente, avanzaremos en busca de un personaje como misión principal, dejándonos guiar por un diseño simple pero que cumple de la mejor forma la tarea de sumergirnos en el entorno. El juego hace hincapié en la exploración, en los recovecos y en la tranquilidad de descubrir elementos que, más que servir como utilidad, nos invitan a descansar y disfrutar de animaciones sin más objetivo que observarlas. 

Hasta que comienza a sonar esto:


Me ahorraré decir qué es lo que sucede para evitar spoilers, pero sin duda es un contraste fuertísimo para el jugador, más aún si en esas horas de juego ya había logrado acostumbrarse al ambiente que ha ido construyendo. Es la primera vez que OMORI muestra sus colores y nos pone ya, desde ese momento, en alerta constante. No todo es tan bonito, no todo tiene por qué ser cómodo y fácil. Es la primera vez en mucho tiempo que un juego me sorprende de esa manera.

Para concluir, recientemnte se ha celebrado el tercer aniversario del videojuego con un concierto sinfónico en honor a su banda sonora e importancia. Para que veáis hasta que punto ha sido reconocida la labor musical que se ha realizado aquí. 
En otro orden de cosas, el juego es japonés y a diferencia de la mentalidad española en cuanto al arte, en Japón se reconoce a los videojuegos como una forma más de expresión totalmente válida, se pone en valor el trabajo musical de los artistas en estos proyectos y no se menosprecian de entrada por su naturaleza como sucedería en Occidente. Y a mí, sinceramente, no me gustaría tener que perderme bandas sonoras de este calibre por ser pensadas únicamente como herramientas que acompañan y no como un protecto artístico más.






 

 












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