8M - La excepción camino a la norma (Sofia Coppola)

Sofia Coppola es uno de los primeros nombres que se nos vienen a la mente si hablamos de directoras actuales consagradas. Nacida en 1971 en Nueva York bajo la aparente sombra de su padre, Francis Ford Coppola, supo desvincularse de las influencias hollywoodienses tan carecterísticas de este y encontrar un estilo propio de corte independiente, que la hacen una de las directoras más importantes de las últimas dos décadas. Estos méritos se reflejan en sus nominaciones y premios, habiendo ganado un Óscar en 2003 por Lost In Translation a mejor guión original y siendo la tercera mujer en toda la historia de la academia en ser nominada a mejor dirección.

Tras esta breve y conocida presentación, me gustaría profundizar en los aspectos que la hacen tan única y necesaria en el panorama vigente. Su cinta más conocida, Lost In Translation, nos servirá para desentrañar la forma en la que suele adoptar a sus personajes.

Scarlett Johansson se ve forzada a trasladarse a Japón debido al empleo de su marido. La gracia de la cinta está, principalmente, en el choque cultural que supone permanecer e intentar adaptarse a un lugar así y la soledad que esto le provoca. Pero, de forma secundaria, se habla de responsabilidad afectiva ante la inconsistencia del marido, de introspección, de los deseos y ambiciones que aparecen tras romperse el rol que tan definido que se pensaba que tenía y como esto acaba derivando en libertad, de la lucha interna que supone sustituir cánones tan arraigados por unos propios. En definitiva, es una película que denuncia el sometimiento de la mujer hacia el hombre "exitoso" o "trabajador"; pone de manifiesto lo ridículo e injusto de este modelo de roles machista. 

Sofia se destaca por tramas que tratan muy de cerca la soledad, especialmente la soledad femenina en la adolescencia. Por ejemplo, en Vírgenes Suicidas se retrata la realidad de un grupo de hermanas aparentemente normales y felices, que a causa de las expectativas sociales y el control férreo de sus acciones por parte de la madre, bajo la inacción cobarde del padre, optarán por suicidarse. 

La maestría de esta película no se encuentra tanto en los hechos sino en la forma de mostrarlos, que es muy particular para lo común en este tipo de dramas. Todo se percibe y se cuenta desde una visión externa, nunca obtenemos fragmentos claros del por qué de estas decisiones. Es el entorno aparente el que nos da las pistas que descubren un sufrimiento maquillado en sonrisas y comportamientos "esperables" para el rol que asigna a estas mujeres la sociedad. Control, identidad, tristeza, expectativas, incertidumbre... Vírgenes Suicidas desafía los roles de género de una manera cruda y contundente con una contraposición extrema pero verosímil, que aboga por un impacto reflexivo en lugar de una suave progresión lógica, como ocurre en Lost In Translation. 

En general, mucho del cine de Sofia Coppola está destinado a hacernos reflexionar como sociedad acerca del papel del hombre y la mujer, con tramas sugerentes y atrevidas que no pierden nunca de vista este foco de denuncia intrínseca. Pocos directores y directoras abordan tales temáticas de una forma tan necesariamente incisiva. Otros de sus títulos que recomiendo pero que no "analizaré" por no hacer mi punto excesivamente largo son Somewhere y On the Rocks. (Todavía no he visto Priscilla)

Yéndonos fuera del ámbito de sus películas, Sofia ha recalcado en muchas entrevistas el sexismo inherente en Hollywood y sus producciones deliberadamente caras, motivo por el que apuesta por productoras independientes. Además, se ha mostrado en contra del reparto habitual de diálogos por género en las películas actuales, donde tristemente se observa una mayoría masculina frente a una minoría femenina, que en muchas ocasiones es ninguneada por la trama para convertirse en un elemento y no en un personaje. 

Sofia es necesaria porque, particularidades y gustos creativos aparte, hace hincapié en el debate y se hace ella misma el ejemplo a seguir de lo que este arte podría llegar a ser si expulsáramos las ideas enquilosadas que mantenemos en sociedad. Sobretodo en un campo como el cine, que es influenciado irremediablemente por un público popular acostumbrado a ciertas dinámicas que potencian esteriotipos que son, como poco, cuestionables. Véase el universo Marvel, el cual, en mi humilde pero egoístamente acertada opinión, viviríamos más felices si no existiese tal como existe hoy en día. Quizás no estuviésemos tan entretenidos, pero seríamos más felices.

Pero lo más importante es que Sofia es ejemplo. Es el ejemplo de que puede lograrse ser una directora exitosa y con talento en un campo dominado por hombres. Porque así es como la gente apuesta verdaderamente por sus objetivos, porque tienen el ejemplo de que alguien pudo y por ende podrán. Una excepción que contribuye a que su condición sea norma algún día.

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